Coronavirus: cómo salir de la negatividad y catastrofismo

Adncoahuila

Sentido del humor y relativización, entender que no siempre tenemos el control y que el peor escenario casi nunca se hace realidad y, si lo hace, aún así se puede salir adelante: todos ellos son recursos que incluso la mente más preocupada tiene a su alcance.

extraNews, 16 04 2020.- Lo de rumiar y rumiar sobre nuestros problemas parece tan indisoluble de la condición humana como el respirar. Estamos programados para detectar dificultades y tratar de resolverlas. La pandemia de coronavirus ha sumergido al mundo en una parálisis (económica, social y vital) y ha generado crecientes sensaciones de estrés y ansiedad en los ciudadanos (especialmente entre los que están en primera línea, como el personal de centros de salud o de supermercados). Si ya es complicado para alguien cuya ansiedad no tiene bases reales controlar sus emociones, ¿qué nos dice la psicología cuando la incertidumbre no es subjetiva, sino que realmente nadie puede predecir cómo evolucionará esta situación? ¿qué podemos hacer cuando el riesgo para la salud es tan real que casi se considera una buena noticia que en un día solo mueran cientos de personas en España?

El equipo de Alcea Psicología liderado por la piscóloga Leire Villaumbrales ha creado un manual básico de gestión emocional de la crisis:

– Mantente en el presente y toma datos de realidad de fuentes fiables. Ir muy lejos con los pensamientos, intentar adelantar o prever lo que va a ocurrir sólo aumentará tu ansiedad.

– Tómate un tiempo para mirar atrás y analizar cómo has logrado salir de momentos difíciles pasados, qué es lo que te ha funcionado y cuáles de esas estrategias se puede aplicar a este momento.

– Haz ejercicio. Tanto si te sientes triste o abatido como si tu estado es de ansiedad. El ejercicio es una actividad que ayuda a descargar y a generar sensaciones positivas que contrarrestan la ansiedad y el malestar.

– Respira. Y hazlo de manera consciente, tomándote unos minutos para apartar los pensamientos y centrarte sólo en tu respiración. Si conoces técnicas de relajación es el momento de ponerlas en práctica.

– Si tienes a alguien cercano y de confianza, apóyate en esa persona. Comunicar lo que nos ocurre ayuda a calmarnos, ordenar pensamientos, encontrar apoyos y alternativas.

– Escucha lo que sientes y dale un lugar, no intentes apartarlo. Reconocer tus emociones te ayudará a acompañarte mejor y actuar en consecuencia.

– Recuerda que todos estos son recursos de emergencia y «de andar por casa».

 Busca  -en caso de ser necesario- ayuda de un profesional con quien poder trabajar en profundidad el malestar que sientes.