México ante Trump: crisis interna y desventaja total rumbo al T-MEC

28072025cuatropoderes00
Adncoahuila

El país atraviesa por crisis económica y social. El tejido social está roto, lo mismo que la confianza en las instituciones.

Por: Jorge Arturo Estrada | Estamos ante una encrucijada crítica. En vísperas de la renegociación del Tratado, entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el país atraviesa una de sus etapas más complicadas de su historia reciente.  Diversos analistas, coinciden en que estamos ante una tormenta perfecta, generada como consecuencia directa de la herencia económica, institucional y social dejada por la administración de Andrés Manuel López Obrador. Esta herencia, tóxica, ha debilitado profundamente al país, justo cuando, Donald Trump, reaparece con amenazas arancelarias y exigencias de mayor compromiso en temas de seguridad y migración.

Es evidente, que el frente económico es particularmente alarmante. Las proyecciones de crecimiento, para 2025 y 2026, han sido ajustadas a la baja por organismos internacionales. La economía mexicana se muestra muy vulnerable. A esto, se suma la crítica situación de las empresas estatales: Pemex, con una deuda, externa, de 100 mil millones de dólares. Más sus deudas con proveedores. La CFE tampoco escapa al deterioro y ambas entidades representan ya un serio riesgo financiero nacional.

Adicionalmente, los resultados de la imposición del Plan C, generan  la desconfianza en las instituciones, includas las jurídicas. Esto, ha paralizado la inversión extranjera directa. Motor, indispensable, de la economía nacional. No hay certezas. Incluso, señalan que el gobierno federal carece ya de recursos y de credibilidad.

En el ámbito social, el tejido social ya está roto. La inseguridad domina el paisaje nacional. Son ya más de 400 mil muertos y desaparecidos en los últimos años, y una percepción ciudadana de inseguridad urbana del 63.2 por ciento.

Es así que México es ya considerado en el extranjero, especialmente en los Estados Unidos,  como un narcoestado.  Señalan que existen altos niveles de colusión criminal que tocan a cuerpos policiales, militares, empresarios y políticos. Incluso, consideran que estas redes de complicidades, han hecho casi imposible una estrategia frontal contra el la delincuancia sin un costo político y social muy alto.