AMLO domina la elección 2024, Xóchitl emproblemada y dirigencias prianistas solamente buscan salvarse

Adncoahuila

Por: Jorge Arturo Estrada | El presidente marca la pauta en el proceso electoral. López Obrador domina la escena. A lo largo de cinco años ha atacado y doblegado sistemáticamente a las élites del poder en el país. A algunos, los ha convertido en sus aliados, a otros en temerosos testigos mudos y a otros más en adversarios. Andrés Manuel pretende construirse un lugar especial en la historia del país, por las buenas o por las malas. No quiere soltar el poder. Es época de elecciones y traiciones.

De esta forma, aunque tardó 18 años en conquistar ese enorme poder, lo ha ejercido de manera implacable, como pocos mandatarios. Su estrategia es agresiva, él prefiere generar conflictos para dinamizar su comunicación. Él escoge adversarios para generar polarizaciones y polémicas. Él dicta el tono de la vida política mexicana.

Es evidente, que las anquilosadas élites nacionales no estaban preparadas para compartir el poder con un personaje de sus características. Los empresarios, gran parte de la clase política y los medios de comunicación están desconcertados. Apenas están aprendiendo la forma de enfrentarlo, con la esperanza de vencerlo electoralmente. Si no lo derrotan, en la elección de junio, terminarán por rendirse y someterse.

Si Morena y sus aliados obtienen la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, las reformas constitucionales, que socavan la democracia, que demanda López Obrador, romperán a la frágil democracia mexicana. Esas reformas destruirían los contrapesos que frenan los excesos de los presidentes de la república. Esos contrapesos, esas instituciones como el INE, la Suprema Corte, el Instituto de Acceso a la Información, el Tribunal Electoral, el Inegi, entre otras se establecieron para terminar con el poder absoluto que ejercieron los presidentes priistas durante 70 años. Durante esas décadas no hubo elecciones democráticas, solamente mandatarios imperiales.

Por otra parte, están equivocados quienes piensan que a los dirigentes nacionales de los partidos opositores les interesa salvar a la democracia. Ellos traen su propio juego, quieren salvarse de ser perseguidos judicialmente por AMLO y los morenistas. Para Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano es indispensable mantener sus fueros, sus lugares en el congreso; también, los votos legislativos y las candidaturas para tener cartas qué mercantilizar. Ya vimos cómo hasta las derrotas entre los gobernadores tricolores se negociaron por embajadas.

En Coahuila los legisladores federales del PRI, no cumplieron y van por la reelección

La fortaleza del PRI Coahuila radica más en la eficiencia de su estructura electoral que en la calidad de sus candidatos. El tricolor de esta entidad sigue tan antidemocrático como siempre. El dedazo domina la escena. Sin embargo, es evidente que en solitario ya no le alcanza para derrotar al morenismo si los guindas van en bloque con el PT y el Verde. Así, en lo federal van en la alianza con el PAN y el PRD.

La base real del voto fiel al tricolor es de solamente el 25 por ciento, el del PAN es del 15 y el PRD solamente el 3. Unidos compiten contra el 40 por ciento de la 4T.  Los ganadores del 2021 nunca quisieron comprender que ganaron gracias a los votos de castigo, que los coahuilenses le propinaron a AMLO y a Morena. El voto útil los convirtió en diputados federales.

Adicionalmente, ninguno de los candidatos a diputados que van por la reelección han destacado en San Lázaro. Ellos han sido usados como fichas para cumplir los objetivos de su dirigencia nacional. Ellos, de ninguna forma han representado los intereses de los ciudadanos que los eligieron. En el 2024, van tras el voto de castigo hacia AMLO.

La democracia está en riesgo, atentos

En junio de este año está en juego la democracia. No es asunto de ideologías, la mayoría de los morenistas son exprianistas desertores. No se trata de progresistas ni de izquierdas ni de derechas, Es una elección de estado, el presidente decidió jugarse el todo por el todo. Así, hay recursos humanos, materiales y monetarios gubernamentales apoyando la campaña de Claudia Sheinbaum, en forma descarada.

Por su parte, la campaña de Xóchitl Gálvez ha sido titubeante. Se esperaba un crecimiento más rápido de su candidatura. Ni ella ni los partidos que la apoyan han podido hacerlo mejor.  Poco a poco, se ha ido profesionalizando su equipo, y al parecer las cosas mejoran en vísperas de la campaña. Veremos, las cosas se ponen intensas. Al tabasqueño solamente le quedan 250 días como mandatario.