Plan C de AMLO: democracia destruida y un México debilitado ante Trump

Adncoahuila

El expresidente, López Obrador, consolida su hegemonía política en México, desmantelando contrapesos institucionales y dejando al país vulnerable ante las exigencias de Trump y el T-MEC. 

Por: Jorge Arturo Estrada | López Obrador sacude al país. Andrés Manuel y su Cuarta Transformación, asumen el control de los tres poderes del Estado Mexicano. Así, sin contrapesos, se remodelan instituciones y se destruye a la democracia, y al Estado de Derecho. Todo este proceso fue sucio y terrible. Ha sido, también, una demostración de la escasa calidad moral de la clase política que nos gobierna. Un detalle que destaca es que se hizo abiertamente y sólo muy pocos ciudadanos se hicieron presentes, en los momentos decisivos. Así, México entra a una etapa difícil y Donald Trump, irrumpe con la fuerza de un vendaval desde el Norte.

De esta forma, mientras la nueva presidenta acelera las reformas constitucionales, Trump se posiciona como el mandamás del T-MEC. El futuro presidente, estadounidense, rápidamente y a través de varios posts en sus redes sociales, puso en jaque a sus socios comerciales. Las alarmas resonaron en Canadá y en México con fuerza.

La victoria casi absoluta, del tabasqueño, la obtuvo destruyendo instituciones, rompiendo leyes y haciendo pactos cuestionables. Así llegó al poder. Y, así es como lo consolida. Sin embargo, estas acciones debilitaron la posición de México, frente los intereses y ambiciones de los políticos del país vecino y principal socio comercial del país. Le facilitaron al camino a Trump.

De esta forma, la viabilidad económica, y el desarrollo del país, se complican. El Plan C, obradorista, rompe diversos requisitos que impone el T-MEC. El maquillaje, que le puso la 4T, a sus medidas centralistas no convence a canadienses ni a norteamericanos. Ellos, ya establecieron que México es el rival más débil y sacan a la luz sus pecados, como argumentos importantes para la negociación que se avecina. Quedamos débiles y en desventaja.

Canadá alega, y aporta cifras que lo muestran, que los problemas mexicanos con migración y drogas son enormes. Justin Trudeau, el primer ministro de ese país, estuvo con Trump conversando personalmente para deslindarse de México.

Según sus propias versiones, Trudeau tuvo éxito en hacer comprender al presidente electo, Donald Trump, que no es acertado comparar a Canadá con México con respecto al flujo de drogas y migrantes hacia EU. Él enfatizó que el 99.8 por ciento del fentanilo incautado por las autoridades estadounidenses proviene de México. Y que migrantes ilegales que cruzan desde Canadá el año pasado representan menos del uno por ciento, 0.6 por ciento. Por su parte, Trump reiteró, en sus nuevos post en redes, que será implacable su combate a los migrantes ilegales y a las drogas.

Ya quedó establecido, que el neoyorkino desea ser el mandamás de la región, y consolidarse ante su electorado. Donald, se apodera de la escena. Impone condiciones y se luce ante sus seguidores. Canadá se rindió, Trudeau se sumó a los reclamos contra México, está en víspera de elecciones en su país.

Ahora, Marcelo Ebrard, un viejo conocido de Trump, quien le otorga poco coeficiente intelectual, es la cabeza visible del equipo negociado mexicano. Al parecer, los problemas de la 4T tendrán su origen y dinámica en lo internacional. Al frente interno lo dominan, casi completamente. Veremos.