Mejía le metió intensidad al proceso de Coahuila, pero AMLO optó por Guadiana

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Cuatro Poderes | Por: Jorge Arturo Estrada | El presidente decidió. Las encuestas mostraron la realidad. Mario Delgado obedeció. Armando Guadiana ganó la candidatura. Ricardo Mejía Berdeja se inconformó y protesta públicamente. Morena ya tiene candidato para Coahuila. El que se quiera ir que se vaya, sentenció Andrés Manuel López Obrador. El que manda, dijo la última palabra.

Ricardo tuvo éxito en su tentativa, pero los resultados no lo premiaron. No supo ganar, sin embargo, Coahuila se polarizó. La clase política estatal se alarmó y muchos tomaron partido. Quedaron varios cientos de morenistas enojados y desolados. Este proceso ha servido para sacudir a los ciudadanos, los clasemedieros coahuilenses ya están alertas. Las clases populares han sido activadas, pero, azoradas, aun no deciden si seguir al tricolor o definirse por los poderosos apoyos del Bienestar, para ellos es su futuro inmediato lo que está en juego. También, la lucha de Mejía ha sido útil para poner nerviosos al grupo en el poder, siempre tan soberbio, tan desgastado y frecuentemente tan descuidado.

El presidente dijo, en su Mañanera, que quienes se someten a las encuestas para definir candidaturas, deben aceptar sus resultados. “Lo importante es lo que dice la gente. Las encuestas de Morena son incorruptibles. No pasa nada si alguien dice me voy, pues que se vaya”, sentenció AMLO.

Indudablemente, Guadiana no será un rival tan intenso como Mejía. Sin embargo, no será un candidato fácil de vencer. Todas las encuestas coinciden en que los votos de Morena se darían por cualquiera de los tres suspirantes. Luis Fernando Salazar, desde hace días parecía resignado y más apegado con el empresario minero; así, rápidamente aceptó los resultados y sumarse.

Los políticos tricolores en Coahuila respiraron más tranquilos. Ricardo Mejía se había convertido en el rival a vencer. Sin embargo, viene lo más difícil: ganarle la elección al presidente y su aplanadora electoral. Son épocas de elecciones y traiciones. La clase política mexicana es nefasta y siempre hay lugar para maniobras de todo tipo. Las cosas se ponen más interesantes. Veremos.