En Saltillo nos dirigimos al desastre

Adncoahuila

Por: Jorge Arturo Estrada | El agua de Saltillo es cada día más escasa. Las reservas, se agotan día tras día. Pero, diariamente hay más viviendas y habitantes; es un crecimiento anárquico que no se detiene, y hasta le llaman progreso. Ese, es el modelo de negocios de la élite local: construir y vender casas. Las industrias, que dan decenas de miles de empleos formales, a los saltillenses, son empresas transnacionales. Sus dueños y accionistas ni siquiera las visitan ni las conocen, aunque sean mega plantas. Sin embargo, usan agua limpia en sus procesos, sin que nadie se los impida.

Sin embargo, el agua es un recurso finito y vital, que es cada vez más escaso y que establece los límites del crecimiento. Son límites que deberíamos reconocerlos y alarmarnos. En la capital de Coahuila, no sabemos apreciar ni cuidar al vital líquido. Ni siquiera aprendemos a respetarlo. Nos dirigimos al desastre hídrico. 

Sistemáticamente, las autoridades municipales y estatales invierten en repavimentaciones, en bacheo y hasta en obras de relumbrón; pero no lo hacen en tuberías de agua para reciclarla y para no desperdiciarla. El agua tratada de Saltillo y Ramos se desecha desde hace décadas. Ni siquiera hemos sido capaces para generar mega bosques, regados con ellas, para intentar reconstruir el ecosistema del valle de saltillo. A cada metro cuadrado de tierra le queremos colocar una casa, un comercio o una fábrica. A los tristes arroyos, que marcan a la ciudad, los vamos contaminando impunemente.

Es evidente, que, para esas cosas vitales, pero subterráneas, en la mente de los gobernantes, todo se convierte en caro. Entre los años 2013 y 2020, la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, CEAS, destinó 63.4 millones de pesos, en tres etapas, para instalar 18 kilómetros de la Línea Morada. En contraste, para “construir” el Paseo Capital se destinaron más de 40 millones de pesos; y, para la “remodelación” de la, cada día más fea, calle Allende se gastaron 80 millones. Qué tal.

Al año, la Planta Tratadora de Aguas Residuales sanea una media de 27.6 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales más de 27.4 millones se tiran al arroyo sin ser reutilizados, según datos del 2022.

Basta echar un vistazo a la zona metropolitana de Monterrey, a Torreón o a Cuatro Ciénegas para comprender la magnitud de los desastres en diversas variantes. Las agroindustrias que dan vida económica a la Perla de la Laguna dejaron sin agua potable a los habitantes. El líquido limpio de las presas y pozos se destina para las vacas, la alfalfa y los melones; en contraste, los pozos contaminados con arsénico son para el consumo humano. Como siempre, se privilegian los negocios de las élites, los subalternos solamente sirven como votantes cautivos y como consumidores. Aunque consuman veneno, se enfermen y luego mueran.

El proyecto federal, de Agua Saludable para La Laguna, lleva cinco años en obras y aun no opera al 100 por ciento. Andrés Manuel López Obrador, trabaja lento; y sólo, en donde le conviene más acelera el paso. Al gobierno de Coahuila, la mega deuda lo ahoga desde hace más de 13 años sus acciones son limitadas. Durante décadas, quisieron solucionar el problema colocando filtritos y filtrotes en medidores y tanques de distribución.

Por su parte, la empresa mixta, Aguas de Saltillo, hace una gestión del agua mucho mejor que la de la antigua para municipal, Junta Administradora de Agua Potable y Alcantarillado de Saltillo, Jaapas. Además, de que ya no es una caja chica del gobierno estatal o municipal, como sucede en Torreón y Ramos Arizpe, por mencionar algunos de los casos más descarados y desastrosos.

Urgen acciones coordinadas frente a la escasez de agua.

En las manos del nuevo gobierno estatal estará la viabilidad y la sustentabilidad de la capital de Coahuila. Es un tema que deberá tomarse con la mayor seriedad. Los problemas son enormes. Entonces, los proyectos para solucionarlos y atenderlos deberán ser de la misma magnitud. Es un momento decisivo, la migración y el nearshoring, complican más las cosas. Veremos.