A la oposición de urge encontrar a un fenómeno político si quiere ganarle a AMLO

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 | El PRI está destruido. Andrés Manuel López Obrador lo hizo añicos. | Tras la derrota en el Edomex la oposición despertó sin gobernaturas ni candidatos. | Solamente con organización, talento y carisma se puede vencer a AMLO

Cuatro Poderes | Por: Jorge Arturo Estrada | El presidente parece imparable, pero no invencible. El desgaste de López Obrador, es acelerado, y está listo para ser echado. Sin embargo, los partidos opositores fueron aplastados a lo largo de estos cinco años. Lo cual complicará más, las batallas del 2024. Sus dirigentes tienen miedo, y además son incapaces de armar proyectos competitivos.  Sin embargo, Andrés Manuel, sabe que estuvo a punto de perder en el Estado de México, si la afluencia a las urnas de los clasemedieros, mexiquenses, se hubiera intensificado.  En Coahuila, fue derrotado, ganó la Alianza, con la ayuda de las traiciones de los aliados “presidenciales”.

El presidente, ya ganó la Joya de la Corona, destruyó al PRI, lo redujo a despojos. Los adversarios están descabezados, desconcertados, traicionados, temerosos y sumamente debilitados. El tricolor ya se quedó, casi, sin nada que aportar más que el membrete electoral. Las estructuras del acarreo se desintegran en cada estado que se ha ido perdiendo, y no hay ni habrá presupuestos para mantenerlas operativas.

Ante estas señales, AMLO, de inmediato reorganizó a sus corcholatas. Los sentó ante él, juntos, para leerles la cartilla; así, estableció, con claridad, la lista de aspirantes; las reglas, y los plazos, de la precampaña morenista. No quiere fracturas, que amenacen la permanencia de su proyecto de poder. Él está obsesionado en retener la presidencia de la república. No quiere sorpresas. Dejó asentado quien manda.

El presidente, demanda, una transformación total del sistema político y económico del país. Entonces, pretende destruir lo que le estorba, los otros poderes, la constitución, las leyes, los organismos autónomos, los partidos opositores, los medios de comunicación y cualquier cosa que le moleste. Andrés Manuel, va por una presidencia imperial. Al estilo el viejo PRI; el de la época del México de las películas y la tele en blanco y negro. Para ello, requiere además de la presidencia, las mayorías calificadas en las cámaras.

El presidente avanza, casi sin adversario al frente. Los partidos no están a la altura. Sus dirigencias, ya solamente piensan en su sobrevivencia política personal. La ciudadanía se rezaga y se dispersa, está confusa. Parece paralizada. Las listas de aspirantes, de sus adversarios, están gordas de caballos flacos y famélicos. Tras la derrota en el Edomex, la oposición despertó sin gobernaturas ni candidatos.

El 2024, ya comenzó. Las elecciones del 2023, ya establecieron las fortalezas y debilidades de ambos bandos. Será una guerra feroz por la democracia del país. A México, le urge que las dirigencias del PRI y el PAN sean renovadas. Que los militantes y ciudadanos se decidan a echarlos.

Aunque eso, difícilmente sucederá, es urgente que surjan mejores líderes y talentos entre la gente que rodea a Claudio X González, al parecer los actuales ya llegaron al tope de sus capacidades. En el Estado de México, no supieron impulsar el voto masivo y ganó la estrategia morenista de desalentar la afluencia a las urnas. Esa derrota fue un fracaso monumental, del que será dificilísimo recuperarse.

El PRI está destruido. Andrés Manuel López Obrador lo hizo añicos. La derrota del tricolor en el Estado de México establece la fecha del fin del partido que gobernó a México durante casi un siglo. Del partido, que reconstruyó al México posrevolucionario y que lo erigió a su imagen y semejanza.

Es indispensable que surjan mejores personajes, capaces de unir a los mexicanos en un proyecto ganador para el 2024. de otra forma, nadie será capaz de detener a Andrés Manuel López Obrador. Él, a lo largo de estos años, ya reveló sus secretos, es un costal de mañas y pecados. Pero es el mejor estratega político de la actualidad. Sus corcholatas son mediocres, pero solamente con carisma, organización y talento se les podrá ganar. Fox y Cuauhtémoc y AMLO fueron unos fenómenos políticos, como candidatos. Se requiere encontrar alguno de ese tamaño. Veremos