Cada día destruimos Saltillo; amor por la ciudad, patrañas

Adncoahuila

En Saltillo, la movilidad es caótica. El abasto de agua potable está en riesgo permanentemente. El progreso de esta ciudad no se convirtió en desarrollo armónico. Se atendieron asuntos secundarios y se evadieron los necesarios. La zona metropolitana se extendió rápidamente, mientras los sistemas permanecieron con rezagos del siglo pasado. Los recursos naturales y el medio ambiente son dañados sistemáticamente para hacer negocios y fortunas. |Cuatro Poderes | Por: Jorge Arturo Estrada.

La capital de Coahuila es una enorme mancha de concreto y asfalto, los frondosos árboles fueron cayendo masivamente en cuanto los constructores voraces desarrollaban fraccionamientos, y sus amigos alcaldes abrían bulevares para comunicarlos

Los arroyos y sus innumerables ramales que surcan la ciudad están sucios, contaminados y son usados para tirar basura y drenajes industriales y hasta los de las colonias “exclusivas”.

 El agua potable de los reservorios que nos nutren, es usada por las empresas para sus procesos industriales y mercantiles mediante pozos propios semiclandestinos y mal inspeccionados. El agua tratada de Saltillo y Ramos Arizpe, se desperdicia y se tira hacia Nuevo León

El aire está contaminado por falta de controles vehiculares e industriales. El sistema de transporte urbano está sobre protegido y se ha convertido en negocios de políticos y empresarios viejos y sus juniors, a ellos no les gusta invertir y no quieren mejorar, se la pasan quejándose y logrando tarifas caras y haciendo favores a los candidatos en campaña.

Las montañas que rodean el valle son usadas y dañadas para vender y rentar cabañas, en las que los paseantes y propietarios ponen en riesgo la integridad de los pulmones y las fábricas del agua, aunque es un gran negocio.

El discurso de las élites locales es de progreso, turismo, dinero, reactivación económica, también hablan de amor por la ciudad y sus parajes. Ya son varios siglos de destrucción de los recursos naturales para construir fortunas con el pretexto de generar fuentes de empleos.

Los ciudadanos ensuciamos y dañamos parques, montañas, plazas, calles y paredes sistemáticamente. Ni siquiera las escuelas de nuestras colonias en donde estudian nuestros hijos cuidamos. Aunque en las fotos de las redes todos nos volcamos a escribir “Mi hermoso Saltillo”. Patrañas.