Inicia la guerra política, Manolo Jiménez deberá consolidarse a marchas forzadas

Adncoahuila

| Por: Jorge Arturo Estrada | Manolo Jiménez, tendrá su prueba de fuego desde el primer año de su gobierno estatal. Las mega elecciones federales del 2024, concentrarán la atención pública y los recursos federales. También, le meterán presión a su arranque de sexenio. Los ataques y las guerras mediáticas estarán en su apogeo. Coahuila será uno de los seis o siete patitos feos, que serán poco apoyados en sus proyectos el año próximo. Tal vez, ni siquiera las obras encargadas por Andrés Manuel López Obrador, en las diversas regiones de esta entidad, serán terminadas a cabalidad. El padrón estatal de dos millones de electores, en un escenario de más de 100, es muy poco atractivo para los planes presidenciales. Además, se estima que el prianismo, local, trae 700 mil votos captados este 2023.

En caso de volver a ganar Morena la presidencia de la república, Coahuila tendría que remar otra vez contra la corriente. El gobernador, Jiménez Salinas, deberá madurar políticamente a marchas forzadas. Las cosas se avizoran complicadas. También, deberá mostrar el talento y la entereza que desplegó Miguel Riquelme ante las adversidades que le tocaron en su sexenio.

 Miguel Ángel Riquelme, llegó al Palacio Rosa sin fuerza y con escaso respaldo popular. Estuvo a punto de ser derrotado por el panista, Memo Anaya, en 2017. Solamente un cuestionado fallo, del tribunal electoral, lo convirtió en gobernador. Las marchas de protesta, que emergieron espontáneas, en su contra en varias ciudades de la entidad, mostraron un fuerte repudio a los resultados que le daban el triunfo.

Más adelante, Morena barrió en Coahuila, con Andrés Manuel como candidato presidencial, captando el voto anti-PRI en la entidad. En el 2020, llegó la pandemia que llenó de muerte y tragedia a todo el país. Sin embargo, en Coahuila, Riquelme supo conducir las acciones para atender el problema. Incluso superando y corrigiendo las limitadas acciones del gobierno federal, ante la emergencia. Al mismo tiempo, la seguridad en el estado se iba fortaleciendo con la consolidación de la cooperación de las policías estatales con las fuerzas armadas, y la instalación de cuarteles a lo largo y ancho de la entidad.

A medida que López Obrador atacaba, y reprimía presupuestalmente, a los gobiernos estatales no morenistas, Riquelme, junto a Jaime Rodríguez, El Bronco de Nuevo León y Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, integró un grupo de gobernadores “Constitucionalistas” que llegaron a sumar a 10 mandatarios, que intentaban contener los desplantes del presidente. Lograron cierta presencia y contención. Luego, el Bronco fue encarcelado y Cabeza de Vaca es perseguido por autoridades federales que lo quieren tras las rejas. En contraste, Miguel Ángel venció al morenismo y aliado con el PAN y el PRD fue uno de los principales artífices del triunfo de Manolo.

Actualmente, el país es territorio morenista. El PRI nacional fue aplastado y el PAN va por ese camino. Ya solamente existen cinco gobernadores panistas y dos aliancistas, que no están en el bloque morenista. Los del Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro y Samuel García juegan del lado de Andrés Manuel. No son confiables.

Las presiones del año electoral del 2024 pondrán a prueba a estos gobiernos opositores y Manolo deberá estar a la altura de los retos. Su triunfo tuvo como bases defender la seguridad y la calidad de vida de los coahuilenses. En la actualidad los votantes son volátiles. Es época de elecciones y traiciones.

Los retos del arranque para Jiménez Salinas son enormes en lo político y en lo económico. Todas las regiones de la entidad se han visto afectadas de una u otra manera por las decisiones del presidente y por la escasez de recursos estatales producto de la carga financiera de la mega deuda bancaria, que se arrastra por más de una década.

Así, la Comarca Lagunera seguirá consumiendo agua con arsénico y el Metrobús de Torreón a Gómez seguirá sin ser terminado. Al gobierno federal le interesa poco y el estatal no tiene dinero. Por su parte la Región Sureste, la más dinámica del estado, seguirá perdiendo competitividad con las pésimas carreteras que la conectan a Nuevo León, Zacatecas y San Luis Potosí. Tampoco habrá avances, en el corto plazo, en materia de vialidad tan mal gestionada por el alcalde de Saltillo, Chema Fraustro.

Así la bonanza, tan anunciada, y festejada por los medios, por la instalación de la mega planta de Tesla, en Nuevo León, se verá afectada por los graves problemas de logística originados por los bancos de niebla, por los choques y los cierres de carreteras y autopistas tan frecuentes, entre Santa Catarina y Ramos Arizpe.

La Región Centro está en ruinas. La furia de AMLO contra Alonso Ancira ha dañado en gran manera al clúster metalmecánico que le da vida generando desempleo y agitación social. En la Carbonífera, los movimientos y negocios extraños de Manuel Bartlett y la CFE, también afectaron la calidad del empleo, sin abrir nuevas alternativas, ni laborales ni de desarrollo. En el caso de la frontera, la migración agobia la calidad de vida de esos cruces fronterizos en todos sentidos.

El panorama no es sencillo. Y los buenos resultados, urgen. Será interesante ver el desempeño del nuevo gobierno en un entorno tan problemático. Los morenistas locales van tras sus huesos y cargos políticos en el 2024. Por lo pronto ya están en la cargada con las corcholatas. En contraste, de la seriedad con la que Manolo inicie su gestión, dependerán muchas cosas. Veremos